Me pareció extraño que ésta película no tenga una sola reseña en Letterboxd, vamos, que tampoco es una rareza. Tiene a Rocío Dúrcal de protagonista y uno pensaría que habría un crossover, o empalme en el diagrama de Venn, dónde algún usuario de Letterboxd en todo el planeta (sobre todo en México o España) sería también aficionado/completista de la cantante/actriz madrileña. Tenía que ser el primero, supongo. Tampoco es tan difícil de encontrar; hay una magnífica copia en impecable alta definición en FlixOlé—mi segunda app descubrimiento favorita del 2021, después de Mubi claro.
Ahora, sobre la película. Acá en México pareciera que Dúrcal comenzó a existir con su revival musical en los tardíos 70s, y sus colaboraciones con Juan Gabriel, pero ya tenía más de una década siendo una chica Ye-yé del pop y el cine español. Buenos Días, Condesita es parte de ese modesto catálogo de películas, atorada entre las más populares Acompáñame (junto a Enrique Guzmán) y Amor en el Aire (junto a Palito Ortega).
Aunque la premisa no contiene mucho material para escribir de vuelta a casa, si tiene sus ocasionales picos; María, una cantante e interprete callejera, intenta audicionar para un comercial televisivo pero termina por accidente agendando un trabajo actoral mucho más complejo: es contratada para simular—actuar—como la novia falsa de un Conde que intenta conservar una condicional herencia millonaria. La hilaridad sobreviene.
El highlight de la obra, evidentemente, es Dúrcal. El lente adora su rostro y tiene uno de esos carismas imposibles de contener, que destila por toda la pantalla (en especial durante sus elaborados set-pieces musicales y su operática voz), que corroboran por qué la cantante no pudo ser otra cosa más que una super-estrella del cine y la canción iberoamericana.